jueves, 25 de septiembre de 2014

Nuevo Orden En Marcha

En un mundo globalizado como lo es el nuestro, ya no se puede decidir sin tener en cuenta lo que pasa en otras partes del mundo, ya que desde el territorio propio nos vemos afectados por distintas fuerzas y actores que defienden intereses propios, muchas veces contrapuestos a los que uno desea, y que nos obligan a que involuntariamente aceptemos las reglas de un mercado injusto, un mercado que defiende al 2% de la población más rica, que maneja el 80% de las riquezas mundiales, mientras que el 98% restantes nos tenemos que conformar con los desechos que estos dejan, pero, cuales son las líneas de poder que poseen este 2%.
 En un análisis más profundo, se pueden diferenciar distintas líneas generales que se disputan el control de las riquezas, entre ellas las líneas financieras, líneas globales, la líneas de las coronas europeas, del imperialismo Japonés y el que más nos interesa, las Líneas Emergentes (BRICS: alude al conjunto de países emergentes; Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, MERCOSUR: mercado común de países de América del Sur, CELAC: Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños). Pero, vale aclarar que cada línea de poder, le convienen distintas realidades a nivel mundial. 
 En Latinoamérica existen Grupos económicos regionales asentados en la industria diversificada pesada (acero, aluminio, petróleo, etc.) Y la estratégica (barcos, aviones, turbinas, energía atómica, etc.), cuya estrategia es la consolidación de la UNASUR (Unión de las Naciones Sudamericanas). 
Además del surgimiento de Brasil como líder de la región y en un futuro jugando en las grandes ligas de poder, nos marca un contexto diferente a los que se vienen viviendo décadas anteriores, demostrando que se puede lograr una arremetida y tratar de lograr una mejor redistribución de las riquezas, gracias a líderes con conciencia social, que no es por casualidad que llegaron al poder, sino por una militancia y una base territorial que lo sostienen para defenderse de las garras de las líneas globales o financieras. Desde las masas trabajadoras, dirigentes, empresarios y estudiantes se detecta un avance en el compromiso con el bien común y un interés social perdido desde hace tiempo y que se está recuperando. 
 El nuevo contexto y los nuevos actores que van surgiendo dan un marco propicio para una mayor organización de la sociedad, que solo un pueblo más participativo y organizado garantiza la generación de cambios orientados al bien común y a la construcción de un mundo más justo.

Nery Baninetti

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